El punto de Gräfenberg o famosamente denominado punto G de las mujeres es una pequeña zona del área genital femenina localizada a mitad de camino entre la parte posterior del hueso púbico y el cuello del útero.
Se detecta como una pequeña protuberancia que se hincha mientras es estimulada, y es la zona más erógena, más placentera, mas buscada y más deseada del cuerpo femenino.
La mayoría de las mujeres saben de su existencia y han experimentado su placer pero hay muchas mujeres que no la han descubierto ni han podido disfrutar de ella.
La estimulación del punto G (a través de la pared frontal de la vagina) propicia un orgasmo más vigoroso y satisfactorio, y es posiblemente la causa de la eyaculación femenina.
El punto G de las mujeres puede no ser solamente un punto discreto, de hecho, algunos científicos defienden que se trata del conjunto de profundos nervios del clítoris cuando pasan a través de los tejidos para conectar con la columna vertebral.
El clítoris tiene profundas raíces y puede cambiar de tamaño y ligeramente de posición a medida que los niveles hormonales cambian en diferentes etapas de la vida de la mujer.
En Luxor Madrid conocemos a la perfección el cuerpo de las mujeres, que para nada tiene que ver con el cuerpo masculino, y por ello desarrollamos técnicas de masajes tantra específicos para mujeres, donde nuestro objetivo es hacer disfrutar a la mujer al máximo de su cuerpo, y experimenten el conjunto de maravillosas sensaciones que realmente les ofrece su punto G.
Aunque muchos piensen que en los últimos tiempos se ha producido una gran liberación sexual femenina, la realidad es que hay muchas mujeres que nunca han experimentado lo que es tener un orgasmo, ni han oído hablar nunca del punto G de las mujeres.
En muchas ocasiones esto se debe a causas psicológicas, porque han recibido una educación muy rígida, sentimientos de culpa, miedo a perder el control, excesiva vigilancia, depresión, estrés, ansiedad, etc. pero sobre todo la dificultad para conseguir el orgasmo suele deberse a la falta de una estimulación adecuada.
No hay que olvidar que la sexualidad que vive la mujer es muy diferente a la del hombre.
Para solucionar este problema, lo primero de todo es aprender a conocer su propio cuerpo, como mujer, y en ese sentido el masaje tantra es de lo más recomendable puesto que una de sus finalidades, es la de hacer descubrir la cantidad de puntos erógenos que tenemos repartidos por todo nuestro cuerpo y de percibir las sensaciones que nos proporcionan cuando son estimulados.
Quizá la primera vez pueda resultar incomodo o extraño, más cuando se tiene una visión negativa de una misma o del sexo en sí. Por eso mismo las mujeres han de aprender a amar su cuerpo, a verlo como algo hermoso y lleno de posibilidades.
Con la práctica del masaje tantra, la mujer se va sintiendo mas cómoda, mas agusto con su cuerpo y su sexualidad y sobre todo a cambiar su concepto sobre lo que puede ser en realidad su vida sexual, disfrutarla verdaderamente, eliminando los tabús, los juicios morales y la culpabilidad.
Buscar tu placer es de lo más sano y hermoso que puedes hacer por y para ti misma.