La infidelidad es aquello que se produce cuando una persona no respeta la fidelidad que le debe a alguien o algo. Se considera fiel a quien se comporta con lealtad, mantiene un compromiso adquirido o desarrolla algo con precisión. Por lo tanto, el infiel hace exactamente lo contrario.
La infidelidad suele considerarse en el seno de una pareja, en este caso, supondría la vulneración del acuerdo de “exclusividad” que la pareja se ha comprometido a mantener. Respetar el proyecto compartido, no mentir ni ocultar, y sobre todo, mantener relaciones sexuales sólo con la pareja.
La monotonía, una escasa atracción sexual, descubrir nuevas sensaciones o sentirse deseado son algunas de las razones que esgrimen los expertos como la causa de la mayor parte de las infidelidades producidas entre las parejas.
¿Cómo reaccionamos ante una infidelidad?
Las primeras reacciones ante una infidelidad son infinitas, como la negación, la rabia, el rechazo, sentimientos de traición, indiferencia, deseos de venganza, etc. Por mucho que tengamos claro, como reaccionaríamos ante una infidelidad, la realidad es que puede pasar de todo, desde finalizar la relación, hasta perdonarla.
Hay diversos estudios sobre la infidelidad que dicen que las parejas apenas se sientan a hablar sobre ello, porque tienden a concebir la infidelidad como un encuentro o varios donde ha habido conductas sexuales y por tanto no se entra en detalle ni se hacen pactos o acuerdos al respecto. La mayoría de las parejas tienen verdaderas dificultades de comunicación y en la negociación de límites, por lo que de esta forma nunca queda claro qué es lo aceptable y permisible y lo que no, ya que cada pareja es un mundo.
No se trata de marcar una reglas estrictas sobre lo que se puede hacer y lo que no, puesto que esta rigidez es lo que fomenta la infidelidad, la necesidad de respirar por sentirse ahogado. Cuando tendemos a ser muy estrictos tiende a deberse a una propia inseguridad, miedo y baja autoestima.
¿Es hoy la infidelidad más frecuente?
Hoy en día, con las nuevas tecnologías, se multiplican las conductas y comportamientos que se podrían considerar como infidelidad, pero todo depende de cada persona. La cultura familiar, la educación, las creencias, condicionan mucho acerca de lo que consideramos infidelidad o no.
Es fundamental cuidar la relación de pareja, comunicarse y expresar nuestras necesidades, para evitar todo el dolor que supone una infidelidad y una ruptura posterior.
En el caso de que la infidelidad sea originada por la falta de innovación en la pareja, por no obtener lo que una persona desea en un momento determinado, lo más recomendable sería buscar nuevas formas de activar la pasión y el deseo, y para ello, una de las mejores alternativas sería probar en pareja un masaje erótico profesional, donde descubrir nuevas sensaciones, donde mejorar el autoconocimiento sexual y el de nuestra pareja, y donde aprender nuevas formas de disfrutar de una sexualidad mucho más completa y satisfactoria.