Punto G y puntos de placer.
De todos son de sobra conocidos, los puntos del placer ubicados en las zonas genitales de hombres y mujeres, pero en esta ocasión queremos hablar de otras zonas de nuestro cuerpo que pueden resultar tan excitantes o más y a las que quizás no prestamos la debida atención a la hora de estimular a nuestra pareja en el momento de tener relaciones o si queremos realizar un buen masaje erótico.
Con respecto al hombre, podemos mencionar una serie de puntos esenciales en él, que tal vez no conoces, y que están plenos de terminaciones nerviosas. Estos botones orgásmicos hay que acariciarlos suavemente para conseguir una satisfacción sexual inmensa. Serían los siguientes:
- Entre el labio inferior y la barbilla. Esta zona está repleta de receptores sensibles consiguiendo un goce extremo a través de su estimulación.
- La manzana de Adan. Es una zona estrechamente conectada a los genitales, y se ubica entre el cuello y la garganta.
- Bajo el hueso del tobillo. Es una zona de gran excitación por estar ligada a los órganos sexuales. Al ser acariciados y/o masajeados con cierta presión se acelera la consecución del orgasmo.
- Los pezones. Aunque son inexplorados por muchos hombres, pueden ser muy sensibles.
- El perineo. Zona ubicada tras los testículos. Apretándola suavemente, se consigue una gran excitación.
- El frenillo. Es esa pequeña piel que conecta la punta del pene con el resto del miembro. Es un punto que no obtiene mucha dedicación erótica, pero cuando lo acaricias, impulsas un reflejo fascinante en el hombre.
Y respecto al cuerpo femenino, además del ya conocido punto G, podríamos señalar los siguientes:
- Los pechos. Son una fuente infinita y sin límites de placer, masajeando suavemente o quizá un poquito más fuerte, se puede conseguir una gran estimulación sexual.
- El punto U. Aunque se habla muy poco de este punto, se trata de la uretra, ubicado cerca del clítoris. La intensidad del orgasmo que se consigue a través de él puede ser tan alto como con el punto G.
- Punto K. Se encuentra a ambos lados del clítoris. Es una zona bastante olvidada y muchas veces no reconocida por las mujeres. Es muy sensible aunque quizá algo menos que el clítoris. Lo que no se sabe es que el clítoris puede quedar dolorido tras la estimulación, por lo que es mejor saber acariciar este punto tan cercano.
- Y para finalizar, nunca deberíamos olvidar, estimular el cuello, las orejas, la parte trasera de las rodillas, la cara interna de los muslos y los pies, pues todas ellas son zonas altamente erógenas en las mujeres, y donde siendo bien acariciadas pueden conseguirse resultados de lo más excitantes.